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sábado, 14 de julio de 2018

Pamplona despidió a su pirata Padilla que salió a hombros con infalible Roca Rey


¡Padilla, quédate, Padilla, que-da-te!

Pamploneses le aclaman con el corazón la tarde en la que reaparece y abre la Puerta Grande con una emocionante corrida de Jandilla

- LA RAZÓN/ PATRICIA NAVARRO

Nunca fue Padilla más pirata que hoy. Jamás. Tapaba un pañuelo negro anudado en la nuca la herida de guerra. El drama. El terror que esconde verte bajo los pitones del toro y a su merced. Luego viene lo heroico y las palabras bonitas. Pero detrás esconde mucho sufrimiento y una capacidad de superación titánica. Y el pavor. A que aquella cogida sea la última. O a que ese pitón produzca un destrozo sin vuelta atrás. Y él, precisamente él, sabe lo que es.

Fue emocionante volver a verle salir por la puerta de cuadrillas. La emoción de verle vivo. Y la honradez de querer hacer todo por los mismos caminos que ha hecho siempre. Crujió la plaza, que es suya, durante el paseíllo, y se entregó después en las largas cambiadas de rodillas y al parear. Incluso el tercero al violín, reproduciendo los mismos hechos, recreando los mismos pasajes que le llevaron a la cogida, pero con el toro de Pamplona.

padilla pirata despedida pamplona 14 julio 2018_efe
EFE

En otras disciplinas superar eso requeriría de meses de terapia. Comenzó de rodillas ante el bravo ejemplar de Jandilla, que quiso muleta y la quiso con casta y repetición. Por ambos pitones se puso Padilla, que remató de una estocada de rápido efecto, que le abrió la Puerta Grande con el doble premio y la recompensa de haber llegado hasta aquí para despedirse de esta plaza tan suya. Otra más sumó del cuarto, encastado y repetidor y le dejó estar a gusto. Le hizo una faena larga para matarle en el centro del ruedo.

A Padilla brindó su toro el matador peruano Andrés Roca Rey. El tercero. El mismo que le cogió por la barriga en el segundo estatuario y si no lo reventó fue por el capotillo de San Fermín o porque tuvo la suerte mirándole a los ojos de manera muy penetrante. Fea cogida. Bárbara su vuelta. Hila tan fino... Tiene tan bien amarrado el valor y el toreo que no le hace mella ni una hostia, con perdón, monumental que hubiera desmontando a cualquiera de su cuerpo primero y de sus convicciones después. Ni una cosa ni la otra. Fue toro encastado y con mucho picante, había que estar ahí. Y estuvo. Lo cuajó sobre todo por el pitón diestro, pero cuando llegó la hora de ponerse al natural, por ahí por donde le habían levantado los pies del suelo, se puso como si nada. Y antes le había funcionado la cabeza. Tan importante como el corazón.

Mansito en el caballo repitió el toro en la muleta aunque con menos entrega el sexto, soltaba la cara. La faena de Roca, que tuvo algunos altibajos, contó con algo que la mantuvo de principio a fin: la ambición por encima de las adversidades sean las que sean. Y tras la estocada se fue a hombros con Padilla, no podía ser de otra manera...

Habían venido a despedir a su pirata, al pirata Padilla. Y lo hicieron de corazón. Uno y otro. ¡Padilla quédate!, le cantaban cuando el adiós era un hecho consumado. A hombros se lo llevaron. Devoción. Blanca y roja. Y con Roca.

Cayetano... Ver ARTÍCULO ORIGINAL COMPLETO.

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FICHA. Pamplona. Novena de la Feria del Toro de San Fermín. Lleno de «No hay billetes». Toros de Jandilla. El 1º, encastado y bravo; el 2º, con movilidad y repetidor; el 3º, encastado y con picante; el 4º, encastado, repetidor y de buen juego; el 5º, noble del pitón derecho y más corto por el zurdo; y el 6º, movilidad sin entrega.
Padilla, de blanco y oro, estocada (dos orejas); estocada (oreja). Cayetano, pinchazo, estocada (saludos); estocada (oreja). Roca Rey, de gris y plata, pinchazo, estocada (oreja); estocada (dos orejas).

VIDEO: ¡Illa illa illa! ¡Padilla Maravilla! Torero jerezano se retira en Pamplona, San Fermín 2018


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