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viernes, 25 de noviembre de 2016

Andrés Roca Rey ¿crónica de una tragedia anunciada?


Artículo de opinión de Eduardo Rodríguez Diez/ Porra México A.C.

“Demasiado poco valor es cobardía y demasiado valor es temeridad…” Aristóteles

Con esta frase del extraordinario polímata griego Aristóteles, decidí intitular esta opinión sobre el diestro peruano Andrés Roca Rey y es que la manera que tiene este torero peruano de interpretar el toreo ha causado un impacto tremendo en la fiesta de los toros tanto en España como en Sud-América y en México no es la excepción.

Andrés tiene un valor espartano –que no sereno como he escuchado por ahí- y quiere llegar a ser figura, pareciera que le lleva urgencia, pero en esto del toro, la paciencia es primordial y el cerebro y la intuición funcionan de manera coordinada y no desesperada.


Es lógico que un chaval con sus cualidades quiera de golpe y porrazo ser figura y estar al frente del escalafón de toreros. Cuando se es figura se está a un paso de poder mandar en la fiesta, de imponer condiciones, pero también conlleva responsabilidades muy importantes.

Es un joven que tiene bien pensado lo que quiere, pero que a mi forma de ver las cosas se está equivocando en el procedimiento, o lo están obligando a equivocarse. Si bien es cierto para ser figura, hay que ponerse en el sitio en donde muchos otros no se ponen, también es cierto que hay que saber quitarse a tiempo, y no esperar a que te quite el toro, que a golpes, siempre te va a ganar.

Y esto no significa que traiciones tu forma de ser o de transmitir lo que sientes, se trata de aplicar la lógica de supervivencia humana. Y entonces saldrán los “puristas” que lo defienden a decirme que Andrés Roca Rey dejaría de ser lo que es si esto sucediera y no, por supuesto que no, dejaría de ser carne de toro si así lo hiciera y tendría más y mejores oportunidades de poder mostrar un toreo de arte, de clase que verdaderamente lo encumbre, y no una vil pelea callejera con un toro.

Para mi forma de pensar, la carrera de Roca Rey, está siendo una calca o si no muy parecida a la carrera de José Tomas. El peruano ha sido severamente castigado por los toros y muchos le han perdonado –literalmente- la vida, y así no se llega a ser figura del toreo, al contrario es la fórmula más rápida para no llegar a serlo.

No voy a tocar si el chaval tiene o no carencias técnicas, si no del peligro en el que constantemente se ve por la necesidad o la necedad de querer ser nombrado figura a sus escasos 20 años de edad –los mismos que lleva Ponce como figura. Si el no cambia su proceder, se seguirá viendo a merced de los toros y cambiar su proceder no significa dejar de ser.

De los percances, dicen los toreros que se aprende, también se dice que por los agujeros de las cornadas se escapa la sangre y el valor. No es el caso de este torero peruano, pero definitivamente el camino que ha tomado o que le han orillado a  tomar no está siendo el correcto.

Porque de una cornada se curará en 15 días, pero de otro golpe en la espalda o en las cervicales o en la cabeza, ya no será una quincena. Hoy Roca Rey tiene 20 años y cada año sumará uno más, y los golpes y la edad siempre empiezan a mermar facultades. Los toros a los que se enfrentara siempre tendrán cuatro años y estarán en plenitud de facultades y queriéndolo partir en la menor oportunidad que tengan.
                       
Que impresiona su toreo, sí; que se pone donde otros no, también; que tiene facultades, indudable. pero de nada le van a servir si se encuentra con un “Navegante” que lo ponga al borde de la muerte. Esperemos que los toros, a pesar de los porrazos, de las volteretas y de las golpizas que le han puesto, lo sigan respetando y no le hagan daño.

Pero esperemos también que su administración le indique que no es el camino andar a topes con el toro y cuando escribo esto, recuerdo como si fuera ayer las palabras del código de honor de los samuráis que Antonio Corbacho (Q. E. P. D.) le repetía una y otra vez a José Tomas y al que quisiera ser torero: “El toreo tiene mucho que ver con aquel mundo de honor, de compromiso vital, de aceptación de la propia muerte…”.

Sí, por supuesto que sí, el toreo es un arte de vida o muerte, mas, en lo personal, jamás podré ver el arte del toreo como una guerra, sí, como un arte de creación. Además considero que esto es muy fácil afirmarlo cuando el que se está jugando la vida en la arena de un ruedo y ante las astas de un toro, no eres tú…

Roca Rey tiene un futuro extraordinario por delante siempre y cuando no le siga faltando el respeto a los toros. Es un chaval que tiene carisma, conecta rápido con los tendidos y tiene ese “no sé qué” que te hace querer ir a verlo a una plaza de toros. Cuídenlo –que no consiéntanlo, es diferente, porque de verdad, el toro se ha pasado de noble con él y le ha perdonado varias y contrario a los que muchos piensan, para un servidor todavía no es figura del toreo.

No dejen que este chaval que tiene un futuro brillante en la fiesta se convierta en algo que pudo ser…

Porra México A.C.
Eduardo Rodríguez Diez
Presidente

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