El matador de toros español Noé Gómez del Pilar (Toledo), fue declarado triunfador de la Feria Internacional San Juan Bautista de Cutervo, Cajamarca, este jueves 30 de junio al concluir el último de los siete festejos en el que no hubo opciones para los matadores Uceda Leal (España), Juan Leal (Francia) y Joaquín Galdós (Perú) frente a un encierro colombiano manso y peligroso de Juan Bernardo Caicedo.
Solo rescatable el quinto, un jabonero bien presentado que recibió dos puyazos y dio buen juego aprovechado por el francés que se lució al iniciar la faena de rodillas y en repetidos circulares templados. Sin embargo, el toro se fue quedando sin fuerzas y Leal postergó la suerte suprema con la esperanza de que el el público fuerce el indulto al juez, pero en lugar de eso escuchó un aviso y mató mal. Por su faena, saludo. Con el primero de su lote no tuvo chance por la manera como se le echaba a los pies en cada pase.
El banderillero chiclayano David Zorrilla fue corneado por el primer toro de Galdós y trasladado en ambulancia al Hospital Santa María de Cutervo ubicado a cinco cuadras del coso. El parte médico dice que sufrió "herida por asta de toro en la región inguinal derecha con lesión superficial de tejido subcutáneo en bolsa escrotal, que no ha comprometido fascia ni vasos importantes por lo que fue suturado".
También el buen subalterno Dennis Castillo cayó ante el último de la tarde, el segundo de Galdós, y fue cogido sin consecuencias en la axila, pisoteado y golpeado en la cabeza.
Galdós se las vio pues con el peor de los lotes, que si bien acudían a los capotes buscaban el cuerpo del matador cuando intentaba pararse por lo que abrevió sus faenas de muleta. Matarlos por derecho hubiera sido suicida e inútil.
Otro tanto le pasó a Paco Ureña con su primero mientras que al cuarto de la tarde logró arrancarle algunos derechazos largos y sentidos, de esos que le han ganado el favoritismo de Madrid. Una tristeza que haya pasado casi inédito por Cutervo.
José Antonio Vera "Verita", elegido mejor banderillero de Cutervo 2016. |
Esta penúltima tarde de feria, el diestro español Emilio Huertas, dio una vuelta al ruedo y el francés Juan Leal fue pitado por fallar con la espada al matar sus dos toros. El encierro de Caicedo estuvo bien presentado. Destacaron los dos de Gómez del Pilar (3° y 6°) y en menos dimensión los de Huertas (2° y 5°).
A Leal le tocó el peor lote. Fue levantado por los aires en dos ocasiones por su primer toro, que embestía dando hachazos, y quedó con el dedo pulgar derecho herido y la taleguilla descosida. Tras ser atendido por los médicos, el francés prefirió no exponerse con su complicado segundo toro.
Al final del festejo, Gómez del Pilar declaró: "Volveré siempre que pueda a Cutervo, me ha encantado su afición".
La del martes 28 de junio fue una tarde fría, en todo el sentido de la palabra, y lluviosa. Se presentó Joaquín Galdós como matador de toros en el Perú en mano a mano con el torero lorquino, Paco Ureña. El encierro fue de Santa Rosa de Lima, soso, disparejo aunque noble, que le transmitió su frialdad a todos los presentes.
Hubo importantes faenas sobre todo al 3°, 5° y 6° que no calaron en la afición ni fueron bien rematadas con la espada. Paco Ureña, ante el primer soso de la tarde, pinchazo y caída, palmas. Tardó en matar al tercero, palmas. Al quinto, que fue el mejor de la tarde, le sacó faena por ambos pitones, lamentablemente sin conexión y volvió a fallar con la espada, silencio.
Joaquín Galdós, con el segundo del encierro, estocada caída y algunos descabellos, silencio. Media estocada, varios descabellos y silencio con el cuarto. Al último lo brindó a Ureña. Le sacó todo lo que pudo a un ejemplar que se prodigó en sosería, le mátó bien, pero el público ya se iba de los tendidos. Dos orejas que no venían al caso y que no paseó ni salió por la puerta grande. Se conmemoró el 33 aniversario de la Peña Taurina El Albazo.
El lunes 27 de junio fue la primera de las cuatro corridas de toros formales, cuarta de las siete tardes taurinas que conforman la feria, los diestros se repartieron una oreja cada una. Se lidiaron toros de Vistahermosa y de Juan Bernardo Caicedo de juego desigual.
El colombiano Cristóbal Pardo, una oreja y silencio tras aviso. Los españoles Emilio Huertas, oreja y ovación; y Gómez del Pilar, silencio y una oreja. Esta última, le valió para sumar en la puntuación final que le dio el escapulario ferial.
La afición de Cutervo es impresionante, jovenes y viejos, hombres y mujeres de todas las clases sociales, niños y adultos llenan la plaza cada una de las siete tardes, haya sol o llueva. Los menores constituyen aproximadamente la tercera parte de los aficionados que acuden a cada tarde de toros. La afición del futuro está garantizada.
Pero para asegurar este brillante futuro hay que cuidar de la presentación del protagonista fundamental de la fiesta brava. Los pitones y en general el buen trapío de los toros son fundamentales para reafirmar la categoría de la plaza y de la feria.
En Cutervo hay médicos en el callejón de la plaza, pero aún no hay enfermería. En la primera tarde la ambulancia no estuvo equipada por lo que lo que se tuvo que mandar traer un equipo de cirugía para heridas menores del hospital de la ciudad.
Urge una capacitación de los médicos taurinos de la ciudad por los reconocidos profesionales del servicio médico de Acho y la implementación de una sala de operaciones con el equipo mínimo requerido para afrontar la eventualidad de una cornada grave en el mismo coso.
¿Cuál será la primera plaza de toros del interior del Perú que implemente servicio médico completo... Chota o Cutervo? En Coracora, Ayacucho, ya pusieron la primera piedra. La que lo haga primero dará el ejemplo a todo el Perú taurino y habrá sacado algunos cuerpos de ventaja en la competencia por reafirmarse como la más importante del interior del país.
Muy bien que se haya prohibido reventar bombardas sobre los mismos aficionados, después de que una de estas produjera un lamentablemente percance recientemente, pero mal que se siga lanzando regalos en los tendidos cuando sale cada toro. Esto interfiere la labor de los toreros y lo peor es que puede distraer al toro que aún no está "fijado" ocasionando cogidas de los actuantes o asistentes.
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