Paco Vidal. Torero puneño
Eduardo Salinas/La República. Que peculiar fue ver tu participación en la corrida de toros en Ollantaytambo (Cusco). Los aficionados te nombraron el favorito, por lo que pregunto ¿cómo un torero tan veterano puede robar los aplausos de las graderías?
Hay que saber lidiar al toro desde el inicio, darle terreno. El público tiene mucho conocimiento de cada paso que das en la arena. Además, la práctica permite un mejor desenvolvimiento y tener mucho contacto con el toro. Yo soy puneño y siempre triunfo en las plazas de Cusco.
Foto: David Huamaní/La República |
Antes en Ollantaytambo llegaban toreros españoles y se mataba a los toros, la afición era distinta. Hace mucho tiempo que no participaba en esta plaza, pero esto ha cambiado: era una plaza con mucha categoría. Ahora los jóvenes toreros se ponen frente al animal con ponchos rojos, usando indumentaria de la localidad.
¿Qué otras plazas en provincias visitas?
En Espinar, la mina Tintaya construyó una plaza de toros. La gente asiste a la feria durante sus fiestas. Además, asistí a Marangani, en Cusco; Macusani, Huacallani, estas últimas plazas ubicadas en Puno. También visito otros lugares donde se combina la tauromaquia con el folcklore andino de cada localidad.
¿Cuántos años en las corridas de toros?
Poco más de 40 años.
¿Cómo nace tu afición a los toros?
Mis abuelos trabajaban en una ganadería de pura casta en Checayani, en Puno. El contacto con los animales siempre fue constante y la enseñanza de los ganaderos permitieron que un niño de 11 años se interese por las corridas de toros.
¿Cómo es la relación entre los toreros y ganaderos con el toro?
El ganadero clasifica a su ganado en tres grupos, el ganado cunero, de media casta y pura casta. Durante los primeros meses se ve cómo es el rendimiento de cada ganado, que tal embestida tiene el animal, formación física, hasta el color de pelaje es importante. Los ganaderos buscan el mejoramiento genético de los toros.
¿Y cómo es el negocio?
Hay ganaderos que prefieren que su toro sea vendido a un torero de categoría. Ellos se sienten muy orgullosos porque esperan ver una gran faena, ese torero lidiará con gran profesionalismo y cada toro puede costar 4 mil 500 dólares.
¿Cuál es tu escuela?
Mi escuela es la sevillana, esta se caracteriza por ser muy alegre y tremendista, exagerada. Otras escuelas taurinas son más serias y rígidas.
¿Llegaste a vestirte traje de luces?
Sí, tenía 15 años y era un joven novillero en una plaza de Lampa en Puno. Esa vez fue mi primera vez, luego tuve la oportunidad de lidiar en otras plazas hasta que llegué a la plaza de Acho, donde estuve en la novillada y fui banderillero. En los ochentas Marcial Ayaipoma manejaba mi carrera.
¿Quién más apoyó tu carrera en tu juventud?
Recuerdo con mucho cariño a Antonio José Galán, quien fue un torero español. Era un torero con mucho pundonor y temerario.
¿Qué pasó, nunca te dieron la alternativa para matador?
Mis apoderados tomaron otro rumbo y no se dio la oportunidad. Luego me fracturé un tobillo, además, tiempo después estudié la carrera de Ingeniería de Minas, luego ejercí mi profesión y me olvidé de las fiestas taurinas durante varios años.
Nacido en Puno, era predecible que te ibas a dedicar a las minas.
La actividad minera es sacrificada, pero con la ayuda familiar, logramos salir adelante. En Puno la minería es eje importante en el desarrollo de la región.
Pero volviendo a los toros, por lo general, los toreros son muchachos delgados y de talla alta. ¿Esa característica te faltó?
Es parte de la estética de los toreros, pero además frente al animal se mide el valor y el arte del toreo. Hay toreros de gran presencia, pero cuando sale el toro se diluyen. La característica que más he aplicado es es el valor en la arena y el carisma que tienes con el público.
Ahora eres muy conocido en plazas cusqueñas y puneñas. ¿Cómo percibes el cariño de la gente del Ande?
El cariño es muy especial. La gente se contagia y por un momento vuelvo a ser muchacho en una plaza de toros, lo disfruto al máximo. Me gustaría este año organizar algunas ferias, para luego retirarme definitivamente, ya que mi cuerpo no me responde como antes.
LA FICHA
Aprendí a torear gracias a ganaderos que trabajaban con mi abuelo. Soy puneño de nacimiento y mi actividad artística la ofrezco a todos los peruanos. Tengo 40 años en el mundo de los toros. Soy ingeniero de minas y trabajo en Puno en una mina familiar. Soy un personaje muy querido por el pueblo andino, porque en pocos minutos les brindo una faena que arranca rápidamente aplausos.
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