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lunes, 7 de diciembre de 2015

Acho 2015, feria sin sol en la que brilló el oro de Roca Rey


BALANCE de la Feria del Señor de los Milagros: toros y toreros

- Página publicada Hoy por TAUROMAQUIAS.com en el diario El Men
- Fotos: Rafael Morán La Rosa / Susana Aysanoa

Culminada la 70ª Feria Taurina del Señor de los Milagros es hora de comenzar el balance de lo bueno, lo malo y lo feo que nos deja Acho 2015 y de lo que se espera para el futuro inmediato la vieja plaza rosada de abajo el puente, que el próximo 30 de enero cumplirá 250 años de romántica historia. Comencemos con lo más importante, los toros y los toreros:

Qué bueno haber vuelto a ver toros españoles de diferentes encastes y de renombradas ganaderías, después de 15 años de ausencia por culpa de las vacas locas y de la fiebre del menor esfuerzo de los empresarios de turno. Qué malo que solo la mitad de ellos pisaran la arena con trapío digno de una plaza de primera y que algunos llegaran raspando la edad requerida.


Pero que no se malinterprete, es preferible ver una deslucida corrida de toros, con sus complicaciones y riqueza, a la más triunfal de las tardes donde hay de todo menos toro bravo de lidia con edad y trapío reglamentarios, el que le pide el carné a las figuras.

En la primera tarde, Alejandro Talavante interpretó el toreo más poderoso que haya exhibido antes en Lima. Le hizo una faena candidata al Escapulario al primero de la feria. Joselito Adame puso la plaza bocabajo con su toreo valiente al sexto. Ambos salieron a hombros. Acho también vio por primera vez a Morante de la Puebla en su real dimensión, ejecutó los mejores naturales. Zalduendo presentó dos ejemplares que sobresalieron sobre los demás, de los que uno fue manso.

Paco Ureña, herido, cortó la única oreja de la segunda corrida y rompió el silencio que se impuso en una tarde ensombrecida por un ganado de Miura desrazado, soso y peligroso, con el que se estrellaron Rafaelillo y Manuel Escribano. Solo el de Ureña ofreció buen juego. Rafaelillo se lució con su conocimiento del encaste.

Todos salieron contentos de la tercera corrida luego de gozar otras dos faenas de Escapulario de Sebastián Castella y de Alberto López Simón. Los dos abrieron la puerta grande al cortarle dos orejas a sendos toros de Daniel Ruiz que -salvo uno anovillado- trajo a Lima un encierro bien presentado. Travieso, N° 20, 480 kilos (nacido en enero de 2011), el primero de López Simón, ganó el Escapulario de Plata.

López Simón con Travieso, de Daniel Ruiz, toro ganador del Escapulario de Plata.
Solo uno de los ejemplares de la ganadería La Quinta, de encaste Santa Coloma, permitió el lucimiento del huancaíno Juan Carlos Cubas, que cortó su única oreja en la cuarta corrida; los demás fueron inciertos y complicados, tuvieron peligro sordo que impidió ver a los diestros españoles Diego Urdiales y Daniel Luque en toda su dimensión.

La falta de toro durante tantos años hizo que muchos no valoraran en su real dimensión algunas faenas en las que se lidió en función de las condiciones de los astados, sacrificando el lucimiento (especialmente en la tarde de los Miuras y los de La Quinta), pero no se le puede echar la culpa a los tendidos de que una tarde no levante. En ambas casos hubo falta de trapío y sosería con peligro.

¡Cuánto ha crecido Roca Rey en el último año! Es un torero lleno de valor y de recursos. Variado con el capote, ha bebido lo mejor de España, Francia y México. Poderoso con la muleta, ha aprendido muy bien las lecciones de su maestro José Antonio Campuzano. Qué malo, que solo tres toros de la ganadería peruana Roberto Puga hayan tenido el trapío para Acho, de los que dos dieron buen juego, y que a ninguno se les pueda picar reglamentariamente.

Andrés Roca Rey Valdez, Escapulario de Oro del Señor de los Milagros 2015
Lima extrañará en un futuro más o menos cercano al maestro Ponce – que este año cortó una oreja y salió refunfuñando de Acho por no haber podido salir a hombros con su ahijado- pero la nostalgia por este grande será más llevadera sabiendo que un día como el domingo 29 le dejó la posta a un peruano con proyección de figurón del toreo en Acho.

Una dignidad del tamaño del cerro San Cristóbal, mostró el novillero peruano Joaquín Galdós al negarse a salir a hombros a pesar de que se le habían concedido dos orejas, en su encerrona del 28 de noviembre. Fue consciente de que la tarde -soleada por ratos- no acabó de brillar del todo debido a las condiciones de los novillos de Santa Rosa de Lima, aunque ofreció eso sí una presentación de gran interés para los buenos aficionados.

En algunas de las tardes, se comenzó a consignar en la pizarra del sorteo el mes y el año de nacimiento de los astados. Que se haga costumbre, al igual que la marinera con caballo peruano de paso en la arena, entre el tercer y cuarto toro de los dos últimas tardes.

En la próxima entrega nos ocuparemos de los Escapularios, los subalternos y el juez de plaza, el público, la empresa, la Beneficencia, la Municipalidad el Rímac, la celebración del 250 aniversario de la plaza…

Más: Páginas taurinas publicadas por TAUROMAQUIAS.com en el diario El Men

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