Rafaelillo y Escribano sin opciones en decepcionante miurada
- Página taurina publicada Hoy por TAUROMAQUIAS.com en el diario El Men
- Fotos: Rafael Morán La Rosa, Susana Aysanoa
El diestro murciano Paco Ureña, herido y roto, cortó la única oreja de la tarde ayer en la segunda corrida de la Feria del Señor de los Milagros y rompió el silencio de una tarde nublada y fría marcada por un decepcionante ganado de Miura peligroso, pero mansurrón y soso, ante el que Rafaelillo y Manuel Escribano no tuvieron opciones.
Fue con el segundo toro de Ureña, el que brindó al novillero peruano Joaquín Galdós, que despertaron los tendidos, con dos tandas de derechazos en los medios a los que acudió con buen son el sexto toro, cuando ya todo se daba por perdido. Suena la música. Se descalza. Siguen las series de derechazos templados y largos, rematados con pases de pecho con torerísima figura en los medios.
Reproducción: Wilfredo Facho |
Natural de Paco Ureña a su segundo toro. |
Derechazo de Rafaelillo a su primer toro. |
Más de media entrada, algo menos que la corrida anterior. Lima reafirma su vocación torerista más que torista. Si bien la miurada decepcionó, se debió valorar más algunos pasajes en los que se lidió más que se lució. Acho recibe con una ovación a los tres matadores. Volvió la marinera a la boca de los tendidos. Que se mantenga la tradición.
Dennis Castillo puso de pie a los tendidos con dos pares en todo lo alto dando el pecho. Sin duda, el mejor banderillero peruano de la actualidad. Ojalá lo viéramos en Europa, en la cuadrilla de uno de los nuevos toreros que triunfan en España. Dos buenos puyazos de Alberto Andrade ‘El Toto’ y dos buenos pares de banderillas de Darcy Tamayo en el último de la tarde. El banderillero José Mora Manzano es trompicado por el primer miura de Rafaelillo, ya en el suelo se encela con él y lo manda a la enfermería con un feo corte en la cara.
SEÑOR JUEZ. A propósito de la doble puerta grande de la primera corrida, se le recuerda que Acho no solo es una plaza de primera, sino que sus autoridades tienen que hacer respetar su cuarto de milenio de historia. La primera oreja la concede el público por pedido mayoritario. La segunda y la consecuente puerta grande solo debe otorgarla el presidente a faenas extraordinarias, memorables. Es obligación de la autoridad asegurarse de que los matadores den su mayor esfuerzo para salir a hombros y es deber de los aficionados conocer y exigir.
Para evitar dimes y diretes sobre la edad del toro, hace años venimos pidiendo que, además de nombre, ganadería y peso; se consigne el año y mes del nacimiento de los toros, lo cual se ha cumplido ayer en la pizarra. Que se haga costumbre y que se lo indique también en el callejón de la plaza, como se hace en las ferias más importantes del mundo.
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