Andrés Roca Rey fue de más a menos y falló con la espada, pero Acho le esperará
Un toreo con temple, mando, profundidad y empaque, que alborotó los tendidos de Acho, fue lo que trajo de España el novillero peruano Joaquín Galdós para abrir la puerta grande soñada de Lima en la tarde inaugural de la Feria del Señor de los Milagros. Le cortó sendas orejas a sus dos primeros novillos y se metió en el bolsillo a la afición de Lima. El tercero le presentó dificultades, que afrontó con valor.
A Andrés Roca Rey, sus dos primeros novillos se le iban al cuerpo. Dominó al primero, pero terminó achuchado por el segundo. Pudo cortar al menos una oreja del tercero, que le dio más juego, pero falló con la espada. El público le comprendió, sin dejar de exigir lo que se espera de él. Su cartel está intacto en Acho, para otra vez será.
Foto: Rafael Morán la Rosa |
Sábado 25 de octubre, media entrada en los tendidos, tarde nublada brillante con clima agradable. Debut de la empresa ecuatoriana CITOTUSA, que presenta la plaza remozada, adornada con buen gusto y en la que se respeta el espacio de los aficionados antes que el de los vendedores. El callejón se vio más libre para seguridad de los toreros, los periodistas y de quienes cumplen una función allí.
Paseíllo lento y con unción de parte de todos los actuantes, en especial de los novilleros. Larga ovación del público a sus jóvenes toreros que triunfan en España, quienes saludan desde el tercio.
Pupilos de Santa Rosa de Lima desiguales en presentación y juego, bravos, la mayoría solo soportaron media pica, les faltó cara y pitones.
Primer novillo, Salmantino N° 201, 365 kilos, negro, cornigacho, para Andrés Roca Rey, que viste de salmón y oro. Lo recibe de larga cambiada, gaoneras y revolera. Dobla las manos el de Santa Rosa de Lima en la pica. Quite por tafalleras. El novillo embiste, pero se cuela por el pitón derecho y se duele en banderillas. Ronald Sánchez coloca su par al segundo intento. Mucho capotazo.
Roca Rey brinda a Lima en los medios. Faena de largos derechazos y pases de pecho. El novillo cae una vez, pero le coloca la mano a media altura y lo lleva embebido en la muleta. Suena la música. Demuestra los conocimientos adquiridos en el año. Acho quiere verle triunfar. Se prolonga. Culmina con manoletinas y estocada entera, perpendicular que tarda un poco en hacer efecto. Pitos al novillo y saludo desde el tercio del novillero.
Segundo novillo, Malagueño, N° 202, 417 kilos, negro, menos cornigacho que el anterior, palmas por su tamaño. Joaquín Galdós viste de teja y oro.
Verónicas jaleadas por el público. El maestro Gómez Escorial salva de una cogida segura al subalterno Mendiola, que ya hace varias temporadas no está en forma. Palmas a la brega de Dennis Castillo en la pica. Vistoso quite por chicuelinas. Destacan en banderillas de Darcy Tamayo y Edward Valdez.
Galdós brinda a Acho e inicia su faena con estatuarios con la barbilla en el pecho. Dos tandas de derechazos tan largos como templados que arrancan los oles y hacen sonar la música. Naturales aún más templados rematados con soberbia trincherilla. Se deshace de las zapatillas. Sigue el concierto al natural con dominio total sobre el toro y sobre los tendidos. Culmina su faena con doblones de estética muy personal y profunda. Entra a matar por la suerte contraria y coloca una entera algo trasera que finalmente mata sin puntilla. Cae la primera oreja de la temporada y palmas al astado.
Tercer novillo, Ladero N° 98, 450 kilos, negro, brocho, segundo de Andrés Roca Rey. Por verónicas le engancha el capote primero y se le cuela después cayendo dos veces en la cara del novillo. Recibe una pica breve. Quite citando de frente por detrás, con el capote a la espalda, con el astado ganándole el terreno. Va Galdós al tercio de quites con buenos delantales rematados con media verónica y Roca Rey devuelve con chicuelinas y revolera.
Brinda a sus seguidores del tendido 7. Faena de muleta desaseada porque el novillo se le coló peligrosamente por ambos pitones, achuchándole y desarmándole más de una vez. Mata cuarteando. Un sector del público considera que pudo haberle corregido los defectos al ejemplar de Santa Rosa. Silencio y silencio.
Cuarto novillo, Tibetano, N° 188, 435 kilos, negro, segundo de Galdós. Destaca en el quite y tiene el gesto de devolverle la oportunidad a su compañero.
Brinda a su madre, quien rompe en llanto. Va a citar de rodillas desde los medios, donde logra largos y templados derechazos corrigiéndole en el último instante la intención de hacer por su cuerpo. Toca la banda y Acho se embelesa. Comienza a torear para sí, primero con la derecha y luego cambia a naturales por la espalda sintiéndose torero, y alcanzado los momentos más artísticos de la tarde, ralentizando el tiempo con mando y temple.
Repite la serie de tandas y opta por la espada cuando el novillo se le va quedando. Loco por la puerta grande de Acho se apresura y falla un primer intento. Mata de segunda entera. Hay gritos de ¡Torero! ¡Torero! ¡Oreja y saldrá por la puerta grande soñada toda la vida! Da la vuelta al ruedo con su prima pequeña.
Quinto novillo, Viñador, N° 195, 382 kilos, negro, tercero y último para Roca Rey. Consciente de que solo le queda una oportunidad para acompañar a su compañero de infancia en este juego definitivo y serio de la vida sale a por todas, a portagayola. Los tendidos están con él y lo arropan, pero a la vez le exigen. Tercio de varas desordenado.
Brinda a su padre. Derechazos de rodillas y luego continúa su labor con muletazos con ambas manos. Aunque terciado, este novillo es más boyante y noble, pero le dura poco el juego y antes de que se raje, Roca Rey lo lidia en sus terrenos en circulares que se prolongan. Recién con una tanda de muletazos por delante y por la espalda pone de pie a los tendidos, pero ya no hay para más. Pinchazo, metisaca. Silencio al novillo, palmas cariñosas al novillero. Acho le esperará.
Sexto novillo, Campesino, N° 174, 425 kilos, negro, tercero para Galdós. Decidido a demostrar a Lima que quiere ser el mejor torero peruano, también sale a recibir a su novillo a la puerta de toriles. Buena vara de Ángelo Caro. Dennis Castillo se libra de la cornada haciéndose, el mismo, el quite contra las tablas aprovechando la inercia del animal.
En noble gesto, Galdós le brinda su faena a Roca Rey y vuelve a templar con la muleta, pero le cuesta ligarlo porque se queda desde media embestida, sale con la cara arriba y le levanta al primer descuido. El novillero porfía, pero el astado acentúa los defectos que ya evidenciaba en banderillas. Expone y termina nuevamente cogido al igual que Dennis Castillo que resbala en el quite. No hay consecuencias. Tampoco hay reflectores en la plaza. Mata de estocada ligeramente trasera. Sale a hombros en tarde importante, más por los toreros que por los astados.
Lució bien tratada y regada la arena de Acho. Los banderilleros deben evitar que los novillos se estrellen contra las tablas. La empresa podría poner orden a la hora que los toreros salen a hombros de la plaza, tal como se hacía en Quito, donde una fila de servidores uniformados, cargaba a los triunfadores con orden y respeto.
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