Aunque pocos limeños lo recuerden, la Primera Plaza de América no siempre fue rosada o de tonos rojizos. En la década de los 40 la plaza de toros de Acho lucía pintada de color azul cielo, o celeste imperio, para usar términos más taurómacos.
Así lo demuestran tanto las calas estratigráficas hechas durante las obras de refacción dispuestas por la nueva empresa CITOTUSA como una fotografía colorizada de la época, en la que se puede apreciar también que el cerro San Cristóbal ya se estaba siendo poblado por la primera ola migratoria proveniente de las provincias del Perú profundo.
También se constata la presencia de publicidad en la fachada del histórico coso, así como un ambiente mucho más apacible en el entorno del monumento, que debería recuperarse para beneficio del Rímac y de toda la ciudad.
Respecto a los colores de la mayoría de las edificaciones durante la colonia, hay evidencias del uso del color rojo oscuro o almagrado, pero se empleaba más para resaltar los detalles sobre el estucado blanco característico de ciudades virreinales como Cusco, Quito, Lima, Sucre. Tanto en la Casona de San Marcos como debajo del Congreso peruano se han encontrado muros pintados de rojo, en combinación polícroma como parte de llamativos murales.
Aspecto actual de la plaza de Acho, Catedral del toreo en América |
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