- Enlace a la crónica de Barquerito/Hoy.es
La corrida de El Ventorrillo trajo, camuflado en espectacular pinta sarda, un tercer toro de calidad nada común: Cervato, 546 kilos. Fue un regalo para el torero -por el son tan suave, por la manera de darse, obedecer y repetir- y Alejandro Talavante le cortó las orejas con notable autoridad. Se habían visto en Madrid unas cuantas versiones buenas de Talavante y se habían visto hasta distintos talavantes. 'El torero de las mil caras', se decía. Pues ésta del toro Cervato fue, seguramente, la mejor de todas las versiones: la de un torero del todo definido, seguro de sí mismo, expresivo pero no teatral, encajado y compuesto de natural manera, tan suelto y fácil de brazos como siempre, inspirado, firme y capaz.
Claras las ideas para adivinar el rumbo del toro con solo verlo galopar de salida: el galope reunido de los toros de manos cortas. Y verlo descolgar y humillar al primer reclamo. Entre tantos pros, uno que animaba especialmente: el toro se abría lo justo como para no irse nunca de suerte y volver sin duelo. Como tantos toros de estirpe Juampedro, éste se dolió en banderillas pero se había definido al tercer viaje. Por las dos manos.
Había habido un desmonte sin derribo en el primer puyazo: salió el extremeño Tulio Salguero volando por delante de las orejas del caballo. Picado lo mínimo, gastado más en el marronazo que en los dos picotazos cobrados, anduvo en danza el toro enseguida...
Más: http://www.hoy.es/v/20110518/toros/talavante-puerta-grande-20110518.html
Foto: Juan Pelegrín/Flickr |
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