Por César Terán Vega
Este domingo 5 de diciembre hubo un ausente notable en los tendidos de la legendaria plaza de Acho durante la celebración de la última corrida de abono de la Feria del Señor de los Milagros: el ministro de Cultura Juan Ossio.
A la misma hora en que sonaba el clarín del viejo coso rimense, él ya se encontraba en Estocolmo, Suecia, acompañando a nuestro laureado escritor Mario Vargas Llosa, para participar de diversos actos culturales cuya culminación es la entrega del premio Nobel de Literatura al autor de Conversación en la catedral.
El domingo anterior lo ubicamos cómodamente instalado en el tendido 3 de la plaza, en compañía de otro gran aficionado, el ex Secretario General de Naciones Unidas, Javier Pérez de Cuéllar.
Allí aprovechamos la oportunidad para sostener esta entrevista en torno a la fiesta de los toros en el Perú y su ubicación como patrimonio cultural inmaterial, actividad empresarial de espectáculos y atractivo turístico nacional.
Juan Ossio junto a Pérez de Cuellar; Felipe Ortiz de Zevallos, presidente del grupo Apoyo, el hermano de éste, arquitecto Augusto Ortiz de Zevallos; y Ricardo Vega LLona, ex Zar anti drogas en Acho |
-Como todo un ritual que conforma parte de la cultura peruana.
-Algunos, sin embargo, lo califican como un espectáculo cruento, innecesario y ajeno a nuestra identidad nacional.
-Es un rito ancestral muy arraigado en el alma popular. Cierto que vino de Europa, pero los peruanos lo hemos adaptado como una expresión mestiza de nuestras raíces culturales, como lo podemos comprobar todo el año en los valles interandinos.
-Precisamente hay quienes critican a las corridas de toros como una costumbre importada y extraña para nuestros pueblos de tierra adentro.
-Todo lo contrario, es un elemento central e indesligable de las fiestas patronales en la mayoría de nuestras provincias. En otros pueblos como Puquio y Cotabambas, por ejemplo, las corridas son parte de las festividades por Fiestas Patrias. En esta última está la presencia del cóndor como genuina expresión de nuestra cultura mestiza.
-¿En la ciudad capital la fiesta brava tiene expresiones y naturaleza diferentes a lo que ocurre en el interior?
-Lima es ya una megalópolis de provincianos. Los migrantes han trasladado a la ciudad sus costumbres ancestrales. Las corridas de toros son muy populares en los asentamientos humanos donde se instalan frecuentemente cosos portátiles con mucha afluencia de personas. Allí se reproduce todo el colorido de las festividades provincianas.
-¿Podría admitir que las corridas de la Feria del Señor de los Milagros en Acho tienen características diferentes y que el público pertenece a estratos sociales más pudientes?
-Acho es parte del mosaico cultural que caracteriza a nuestra Patria, es tradición popular desde la colonia y se acentúa en los años aurorales de la emancipación y en la primera etapa republicana. Se mantiene hasta hoy con su propia personalidad.
-¿Desde cuándo es usted aficionado a las corridas de toros?
-Desde muy joven. Mi afición se acrecentó con la obra de mi maestro José María Arguedas. Su relato Yawar Fiesta es el mejor homenaje a este formidable espectáculo mestizo.
-Hay mucha discrepancia en torno a los impuestos que afectan a los espectáculos taurinos. ¿Considera usted que deben ser exonerados?
-Con esos impuestos el Estado paga obras y actividades sociales que son de necesidad pública.
-¿Se puede aplicar el mismo criterio a las corridas de toros que se organizan en las fiestas patronales de las provincias y en pequeños y apartados pueblos?
-Está en marcha un proceso de descentralización del país en el cual los gobiernos tienen cada vez más autonomía. Creo que en el futuro cada región podría calificar a esos espectáculos de acuerdo a su realidad.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario