Los toros de La Ahumada resultaron mansos y sin casta
Artículo publicado hoy por el diario El Men
. Fotos: Rafael Morán la Rosa/TAUROMAQUIAS.com
La tercera de abono fue deslucida. Sólo el maestro Enrique Ponce le cortó una oreja a su primero que lo trompicó y le destrozó el pantalón de luces.
El Fandi resultó herido y Perera a pesar de que hizo un faenón no tuvo suerte a la hora de matar.
La ganadería colombiana de La Ahumada decepcionó en Acho.
Ponce
A Enrique Ponce le tocó en suerte el jabonero “Campano”, de 495 kilos que tuvo una buena pica. Ponce dedica el toro a Rafael Puga y empieza a torear en los tendidos de sol.
El toro recorta la embestida, pero el maestro de maestros del toreo le enseña a pesar de que el toro presenta dificultades por la izquierda. El torero dirige a los tendidos de sol la faena.
Empieza en el 9 y termina en el 15, para el agrado de los entendidos.
Ocho sensacionales series de derecha y un varetazo pero se repone y mata de una estocada completa. Una oreja al arte y el valor.
En su segundo “Nerdo”, de 534 kilos, el torero salió con un pantalón común de corduroy, desluciendo su figura. Mejor hubiese sido pegar con esparadrapos su pantalón raído, antes que ponerse los pantalones que el público tildaba como “pantalón del Chavo del 8”.
Toro manso, sin casta. Lo mató de un bajonazo. Silencio.
“El Fandi”
A David Fandila, “El Fandi”, le toca “Lanchero”, de 535 kilos, que es protestado por los entendidos. El toro estaba acalambrado pero se recupera. Recibe una buena puya y mejora la embestida. Agrada al público hasta el delirio, con tres pares sensacionales de banderillas.
No pudo hilar con la muleta. Qué pena, no pudo mostrar su toreo. Sólo fue valor. Un bajonazo y descabelló en el primer intento. Silencio.
En su segundo, “Bandero”, de 542 kilos, le salió manso y peligroso. No hizo nada con la muleta y el toro lo cogió. Le hizo una herida en la pierna y otra en la ingle. Mató de una estocada media y descabelló. Aplausos y a la enfermería.
Perera
A Miguel Ángel Perera le tocó “Vinagrero”, de 489 kilos, un toro negro, bravo, de casta que le permitió tremenda faena, digna del prestigio de Acho y de su afición exigente. Le sacó todos los pases para todos los gustos de los entendidos, con arte y valor. Mató con un bajonazo y el público sólo lo premió con aplausos.
En el último de la tarde salió “Osado”, un jabonero de 556 kilos. Recibió un puyazo y se defendió, pero lástima, presentó un problema en las pezuñas y cojeaba. Lo mata de una estocada baja y el público reclama. El torero regala un toro pero el juez no lo acepta. Una tarde deslucida.
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