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martes, 15 de junio de 2010

Así era la plaza Monumental de Lima

El Coloso de Chacra Ríos albergaba a 20 mil aficionados

La plaza de toros más grande que ha tenido el Perú no es Acho sino el coliseo Amauta. En efecto, la sede del Campeonato Mundial de Voleibol Femenino de 1982 y de los conciertos de Rafaella Carrá en 1983, Soda Stereo en 1987 e Indochina en 1988, fue inaugurada como coso taurino en 1948.

Así se puede apreciar en la foto aérea tomada en junio de ese mismo año y publicada ayer por la revista Variedades, del diario oficial El Peruano, en una nota dedicada al Servicio Aerográfico Nacional:

Plaza de toros Monumental de Chacra Ríos, Lima - Coliseo Amauta

Plaza Monumental, 1948 - Coliseo Amauta1980

Por aquella época, Lima comenzaba a crecer exponencialmente y para albergar a la gran cantidad de aficionados taurinos que siempre tuvo la ciudad, fue necesario primero remodelar la antigua Plaza de Acho, que en 1945 aumentó su capacidad hasta 13,700 espectadores.



Luego, un grupo de empresarios decidieron construir en los linderos de Lima Industrial una plaza de toros moderna con capacidad para 20 mil almas a la que llamaron Monumental Plaza de Toros de Chacra Ríos.

La corrida inaugural en la Monumental de Lima se realizó el 14 de marzo de 1948 e hicieron el paseíllo la rejoneadora peruana Conchita Cintrón 'La Diosa Rubia del Toreo', los espadas de a pie Antonio Velásquez, Raúl Acha 'Rovira' y Paquito Muñoz, ante un encierro de la ganadería chiclayana de La Viña.

La fina pluma del limeñista Manuel Solari Swayne 'Zeñó Manué', que fue critico taurino del diario El Comercio, apuntó:

"... De esta temporada opaca que se borronea ya en el recuerdo, salvándola solo, como rayos que penetran en la niebla, la maestría y gracia de Conchita, la vergüenza, el valor y el volapié de Rovira. Y también la corrida de La Punta. La corrida de toros. Que es a lo que el aficionado limeño quiere volver. Y con razón.”

La nueva plaza, que ya había sido objeto de polémica durante su construcción, no gustó a los exigentes aficionados de Lima, tan enamorados entonces, como ahora, de la romántica solera del viejo coso bajopontino.

La Monumental no sería plaza de toros por mucho tiempo: a los limeños de los 40 se les hacía difícil transportarse tan "lejos", los tendidos eran muy empinados e incomodos y, para colmo, las ráfagas de viento aumentaban el riesgo para los toreros.

Sin embargo, llegó a ser sede de la Feria Taurina del Señor de los Milagros desde 1949 a 1951.

De los pocos episodios taurinos, que la Monumental le dejó al anecdotario taurino, queda la cachetada que el diestro argentino-peruano Raúl Acha Rovira, papá de Emmanuel, le propinó al español Luis Miguel Dominguín, papá de Miguel Bosé, el 6 de noviembre de 1949. Julio Estremadoyro, creador del noticiero televisivo 24 horas, recuerda como, luego de un malintencionado tercio de quites, un Rovira fuera de sí se ganó la bronca de sus paisanos mientras Dominguín intentaba mantener la calma.

En los años 60, la plaza Monumental comenzó a utilizarse para espectáculos no taurinos como se anuncia en este aviso del diario La Prensa


Desde entonces, el coloso ha tenido varios dueños. A mediados de los años 60 cayó en el abandono. En los 70 fue refaccionado adquiriendo su caracterísitico techo y el nombre de Amauta (Maestro, en quechua). En los 80 fue testigo de los conciertos musicales más espectaculares. En los 90 se transformó en set televisivo.

Actualmente sigue siendo el coliseo techado más grande del Perú.

El añó pasado, la Comunidad Cristiana Agua Viva lo compró en remate, en varios millones de dólares. Luego comenzó una nueva remodelación que concluirá este año. Las alabanzas tomarán ahora la posta al clamor de los oles y de las palmas.



Fuentes:
- SOLARI, Manuel. Tendido 5, Barrera 25 (Pre edición mecanografiada, 1975)

1 comentario:

  1. Buen resumen, me toco concurrir de chico acompañado de mi padre y hermano en los 70s a ver las luchas de Cachascan o lucha libre, “Súper Demon”, “El Santo”, “Vikingo”, “El Greco” y otros- asimismo también se presento Village People en los 80s y otras reseñas que podríamos recordar.

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