- Por: Andrés Sihuay Alfaro
Las expectativas creadas en torno al torerazo “José Tomás” sirvió para que la plaza de Acho se vea concurrida como hacía muchos años no sucedía.
Es indudable que el matador José Tomás ha imantado a la afición para que se abone.
Si es vedad que los toros colombianos han servido por su casta y bravura, también es cierto que muchos de ellos no alcanzaron la nota que requiere una plaza de la categoría de Acho en Feria Grande.
Entre los matadores de toros, el que superó todas las expectativas fue el joven peruano Juan Carlos Cubas y los que confirmaron su gran categoría, los españoles Enrique Ponce y José María Manzanares tanto uno por su maestría como el otro por la profundidad de su quehacer torero. Sin embargo, 'El Cid' y 'El Juli' solo han cumplido de acuerdo a los toros que le tocaron en suerte.
CUBAS SUPERÓ TODAS LAS EXPECTATIVAS. Arriba: El huancaíno encunándose entre los pitones y entrando muy despacio. Abajo: Perera, uno de los titanes del toreo, en su primera presentación este año.
Superada la etapa de “los gladiadores”, hoy por hoy, “los Titanes del toreo” son el extremeño Miguel Ángel Perera y el castellano José Tomás.
El primero, confirmó el gran momento que atraviesa desde su presentación, entregado y predispuesto a realizar el toreo con buen gusto, hasta erguirse en el titán sensacional, y además artístico, que rivalizó y ganó al otro titán del toreo, José Tomás que viene como figura primerísima.
Es decir, la empresa ha cumplido con dar buenos espectáculos, que hubieran sido mejor si los toros hubieran estado a la altura de las circunstancias.
Sin embargo, quedan en el tintero algunas malas costumbres de las empresas nacionales como no respetar cláusulas del contrato de subarriendo de Acho, como son la obligatoriedad de dar novilladas de promoción de toreros peruanos. Otro sí, es la postergación del matador de toros peruano, Paco Céspedes.
Esta clase de discriminación en la Feria de octubre se ha repetido con Juan Carlos Cubas durante cinco años por empresas nacionales. Estos hechos se repiten de manera calamitosa, poniendo al descubierto la mala voluntad de los que fungen de empresarios, periodistas especializados, etc. y que, con su silencio se hacen relevos de este mal endémico: maltratar a los peruanos en su propia tierra.
Si desatamos el hilo de la madeja encontraremos que es el currículo de educación el que genera complejos de inferioridad y de intolerancias en contra de los nacionales.
He recorrido diversos países de América y he sido residente en otros de Europa y jamás he encontrado un país menos nacionalista que el peruano.
Esto de inventarse argumentos para lavarse la conciencia, es lo ocurrido en el otorgamiento del Escapulario de Oro del Señor de los Milagros del 2009.
Se ha relegado al único matador de toros que ha conseguido cortar tres orejas en una sola tarde: Juan Carlos Cubas, quien corrió la mano a los toros de más trapío de la feria.
Realizó faenas de temple y mando culminadas con sendas estocadas que matan sin puntilla a sus dos enemigos, sobre todo al que le corta las dos orejas por su entrega al matar, encunándose entre los pitones y entrando muy despacio, retando en el toma y daca, de estocada por cornada. Afortunadamente su ejecución lenta y perfecta hizo que el toro cayera rodando a sus pies. Muerto sin necesidad de puntilla.
Todas las faenas tienen peso fundamental cuando se culmina bien con la espada. Así es que no hay argumento que valga para otorgar el Escapulario de la Feria de Lima del 2009 por encima de Juan Carlos Cubas.
Esta discriminación que hacen del torero peruano es inadmisible y mas aún cuando la autoridad está representada por el Alcalde del Rímac. ¡Qué contradicción y que pena! Y que conste, no lo digo tanto por esta empresa. Arza! (Andrés Sihuay Alfaro).
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