Para los censores no importan los paraísos ecológicos que constituyen los campos dedicados a la crianza de toros de lidia. Más les importa sus cuantiosas ganancias, obtenidas gracias a sus escandalosas protestas contra las corridas de toros.
Lo más censurable es que han logrado su objetivo amenazando de muerte al autor y enviando cartas-bombas, actos criminales que los coloca fuera de las leyes inglesas e internacionales.
La agencia española EFE da cuenta que Evans, de 67 años de edad, único matador de toros que ha dado Inglaterra, iba a asistir a varios actos organizados por la cadena británica de librerías Waterstone's en las ciudades de Liverpool y Manchester para firmar ejemplares de su autobiografía, "El último torero británico".
Sin embargo, "El Inglés", que el pasado mes regresó a los ruedos en Benalmádena (sur de España) pese a una operación de cuádruple bypass coronario y una prótesis en la rodilla, no podrá dedicar el libro a sus seguidores, según publica hoy "The Daily Telegraph".
La cadena ha cancelado los actos tras las quejas recibidas de varias organizaciones defensoras de los derechos de los animales, entre ellas "Gente Para el Trato Ético de los Animales" (PETA, en su siglas inglesas).
CÉLEBRE. Pese a sus años y problemas de salud Frank Evans quiere seguir toreando.
Amenazas de muerte y cartas-bombas
"En el mejor interés de nuestros clientes y trabajadores, Waterstone's decidió la semana pasada cancelar los dos eventos de 'El último torero británico'. No hay planeados más actos en relación con el libro", se limitó a decir un portavoz de la cadena.
PETA acusa a Evans de "matar animales en nombre del deporte" y sostiene que cualquier evento promocional glorifica esa actividad.
"Bravo por Waterstone's al distanciarse de la crueldad sádica y la sangre del toreo", comentó Poorva Joshipura, directora de PETA en Europa.
El "gentleman del albero" dijo entender la decisión de la cadena, pues no se perdonaría que algún empleado de Waterstone's sufriera las iras de los activistas.
"Durante años, he recibido cartas bomba en el correo y amenazas de muerte. Estos extremistas pueden ser bastante siniestros", declaró Evans.
La autobiografía narra el insólito viaje de Evans desde la localidad de Salford (norte de Inglaterra), donde creció como hijo de un carnicero, hasta el circuito taurino de España, en cuyas plazas ha forjado con los aceros el sobrenombre de "El Inglés".
Más: Noticias relacionadas con los antitaurinos intolerantes
No hay comentarios.:
Publicar un comentario