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sábado, 20 de junio de 2009

Academia de temple

Escuela de Tauromaquia de la Diputación de Badajoz cuenta con 70 alumnos que quieren ser profesionales del toreo

HOY.es/Estefanía Zarallo

Finales de la década de los 80. Un niño de Villafranco del Guadiana acude a una capea en las fiestas del Casco Antiguo. Ese día el pequeño Antonio, alumno de la escuela del Club Taurino Extremeño, borda su actuación consiguiendo los aplausos de los asistentes. Veinte años después aquel joven se ha convertido en una de las máximas figuras del toreo: Antonio Ferrera.

Como él, cientos de niños se han formado en esta escuela taurina que en 1998 pasó a formar parte de la Diputación Provincial de Badajoz. Desde su fundación hace 23 años, once de los chicos que se instruyeron allí han tomado la alternativa como matadores de toros. De hecho, en esta feria de San Juan harán el paseíllo en el coso de Pardaleras cuatro de estos antiguos alumnos: Antonio Ferrera y Miguel Ángel Perera, que acudirán dos días, y los triunfadores del 2008 en Badajoz, Javier Solís y Ambel Posada. Sin olvidar figuras tan conocidas como Alejandro Talavante, gran ausente este año, el emeritense Miguelín Murillo o Israel Lancho. Porque el torero ya no sólo nace, sino que también se hace.

FUTURO TAURINO. Un grupo de jóvenes se forma en distintas etapas de las técnicas taurinas (Foto: Santi Rodríguez)

Atrás quedaron los maletillas que saltaban a los ruedos y se colaban en las ganaderías en busca de una oportunidad. El mundo del toro ha cambiado mucho y ahora los jóvenes que sueñan con ser figuras del toreo tienen la suerte de contar con esta escuela en la que pueden formarse de manera gratuita a partir de los ocho años. Una vez inscritos, los maestros Luis Reina y Antonio Jiménez Antoñete imparten diariamente clases a las que acuden 70 jóvenes -entre ellos, cinco niñas- procedentes de todos los puntos de Extremadura, Portugal e incluso cuentan con un alumno mexicano de un intercambio entre escuelas taurinas.

«Suelen llegar sin tener conocimientos previos, salvo raras excepciones. Aquí les damos las nociones básicas y a los pocos meses se puede comprobar la progresión que han experimentado», afirma Luis Reina, director artístico y matador de toros retirado.

Según reconocen tanto él como el gerente Fernando Masedo, la ilusión, tenacidad y sobre todo la capacidad de asimilar los conocimientos y las explicaciones son fundamentales pero influyen otros factores como el espíritu de sacrificio. «Los chicos deben prepararse para llevar una vida sana, una correcta alimentación y renunciar a cosas propias de su edad como salir de fiesta. Y por supuesto no pueden fumar ni beber», destaca Fernando Masedo.

Los repitentes, no entran

El sacrificio es importante, pero no por ello pueden descuidar su formación académica. Cada trimestre, los alumnos deben presentar un certificado de asistencia al colegio o instituto y acompañarlo con su boletín de calificaciones. Los repitentes no sólo suponen el descontento de sus padres y profesores, sino que son sancionados también en la escuela taurina. Tras desaprobar, no pueden asistir en una temporada.

Esta es una forma de hacerles ver que hay más opciones en la vida. El mundo del toro es muy complejo, no todos pueden llegar a tomar la alternativa y deben tener una formación para continuar su vida si deciden dejar los trastos.

Y es que, la preparación psicológica es tan importante como la física en una profesión como ésta y Reina y 'Antoñete' lo tienen muy en cuenta. Por ello trabajan también la formación personal de los alumnos. «Se les inculca el respeto, fundamental en este mundo y también las formas y la educación, todo es importante», comenta Masedo. Con respeto, constancia y una pizca de suerte los alumnos de hoy en día pueden ser los triunfadores dentro de unos años. «Al menos conseguimos que todos ellos, se aficionen», resalta Reina.

Mucho se habla del buen momento que atraviesa la región en el mundo del toro y de los grandes matadores extremeños. Uno de los factores determinantes de este momento es sin duda la escuela taurina, cantera de toreros que son el espejo en el que reflejan los niños que sueñan con vestir de luces y pisar el albero.



Fuente: Hoy.es

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