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jueves, 21 de mayo de 2009

Morante interpreta Sinfonía de toreo en Madrid

El Mundo.es/Lucas Pérez

Morante de la Puebla cautivó a los espectadores de la plaza de toros de Las Ventas con un recital de toreo de capa que pasará, sin duda, a las páginas de oro de la Tauromaquia.

Fue en el cuarto de la tarde, un buen toro de Juan Pedro Domecq al que el sevillano recibió con media docena de verónicas templadas, con gusto, con cadencia, ganando terreno y rematadas con dos soberbias medias en el centro del anillo.

MORANTE BORDÓ ARTE.  Personalísimo remate con el caporte del torero de Puebla del Río (Foto: Burladero/Iván de Andrés)

Con la plaza enloquecida, Morante llevó al toro hasta el caballo con unas jaleadas y personalísimas chicuelinas al paso de nuevo finalizadas con ese pellizco especial que sólo este torero posee.

Era sólo un pequeño aperitivo de lo que vendría después de la primera vara, pues el de La Puebla del Río se sacó el toro a los medios, asentó las zapatillas y volvió a soñar el toreo de capote a la verónica. La plaza enloqueció, lágrimas en los tendidos y hasta el tendido 7 al completo, puesto en pie, se rindió al magisterio de un torero único.

Segundo puyazo y Morante, pletórico, no dejó lugar a Manzanares a su correspondiente quite y volvió a quedarse solo con el ejemplar. Esta vez fueron chicuelinas, sublimes, que tuvieron como colofón una inolvidable media verónica a pies juntos interminable, de una belleza infinita. El delirio en los tendíos. Palmas por bulerías en Las Ventas. Simplemente Morante.

Quedaba la faena de muleta, pero daba igual. Si en ese momento el sevillano se va a por la espada, a buen seguro se hubiera pedido el doble trofeo. Morante inició su trasteo con ayudados por alto para sacarse al toro a los medios tras lo cual cuajó una serie en redondo de gran profundidad.

Los olés se escuchaban en Manuel Becerra cuando el toro de Juan Pedro no aguantó más. Se apagó su embestida, pero no la torería de Morante que aún tuvo tiempo de regalar a los aficionados alguna de sus gotas de inacabable torería. Se fue a por la espada y, tras un pinchazo, dejó una estocada suficiente para que la plaza solicitase para él una oreja paseada entre la apoteosis general. La fiesta necesita a Morante, un torero único hoy en día.

El resto de la tarde tuvo poca historia. Parecía que el festejo se perdía entre el aburrimiento general de la Feria hasta que salió el mencionado cuarto...

http://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/21/toros/1242937823.html


Plaza de toros de Las Ventas. Madrid, 21 de mayo

Lleno de "no hay billetes".

Se lidiaron cuatro toros de Juan Pedro Domecq y dos, segundo y tercero, de José Vázquez:
1º Aleluya, castaño, 560 Kg. , Silencio
2º (Sobrero de José Vázquez) Obrador, castaño, 530 Kg., Pitos
3º (Sobrero de José Vázquez) Capitán, negro, 525 Kg., Pitos
4º Alboroto, negro mulato listón, 573 Kg., Silencio
5º Oporto, castaño, 545 Kg., Silencio
6º Deslucido, negro mulato listón, 564 Kg., Palmas

Morante de la Puebla, silencio tras aviso y oreja tras aviso.
José Mª Manzanares, silencio y ovación con saludos.
Rubén Pinar, que confirmó alternativa, silencio y silencio.



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