Que la marinera nunca muera [Testimonio y VIDEO]

¿Qué pasó con la tradicional marinera que hasta el año pasado se bailaba en Acho a la hora del arrastre del quinto toro? Muchos aficionados se hacen esa pregunta. Seguramente habrá inaceptables justificaciones económicas para no contratar a los bailarines, pero tradiciones tan peruanas como nuestra danza nacional,  que forman parte de la esencia misma de una plaza de tanta solera como la de Lima, no deben perderse nunca.

Acho, además de su extraordinario valor arquitectónico, es también un tesoro cultural por lo que hay en ella de historia, de costumbres, de huellas imborrables que siglo a siglo va dejando el tiempo.

Los personajes de Acho también son parte del alma y la leyenda de nuestra amada plaza y entre ellos perdura imborrable la figura del Tío Manolo, célebre personaje que bailaba la marinera en el tendido 13.

Esperando que esta tradición regrese perentoriamente a nuestra plaza, reproducimos el emotivo testimonio que sobre Manolo García hace el aficionado Carlos Barreto en el foro virtual Desde el Tendido:

Hermanos, en este sublime arte todos tenemos miles de recuerdos imborrables. De situaciones y, sobre todo, de personajes con los que hemos crecido, viéndolos actuar en nuestra plaza o con los que hemos aprendido en las tertulias antes y después de las corridas.

Todos los años, en la primera de abono, nos confundimos en un emocionado abrazo, porque Dios nos da la oportunidad de rencontrarnos de nuevo, ya que la mayoría solo nos vemos en esta época del año, y muchas veces no nos damos cuenta de los que se van silenciosamente ya sea porque contrajeron enfermedades que ya no les permiten asistir a nuestra feria o porque dejaron este mundo para siempre.

Recuerdo al Tío Manolo, el de la Marinera del tendido 13. Lo conocí muy de cerca, durante años yo fui su compañero de escalera, sí, de escalera pues una tía solterona me compraba un abono en el tendido 13 fila 18, pero ella tenía el suyo en el tendido 13 fila 6 junto a la escalera y, como yo era pequeño, me sentaba a su lado.

El Tío Manolo llegaba faltando un minuto para la corrida, siempre muy elegante con terno y sombrero y me decía: "sobrino, hoy ¿cuál es mi asiento?". Yo le indicaba indistintamente arriba o abajo mío. Pero cuando veníamos de un gran triunfo, él me decía que había que mantener el asiento para que continúe la racha.

Nos sentábamos en la escalera porque en esas benditas épocas de 10 corridas de abono la plaza se llenaba, sobre todo Sol, además decía el Tío Manolo (que por aquellos tiempos no tenía entrada), que sentiría mucha vergüenza si alguien venía y le reclamaba el asiento donde se encontraba, así que no ocupaba ninguna localidad así mucha gente le dijera: "Tío Manolo, aquí hay sitio". Todo un caballero.

Para bailar, el Tío Manolo escogía entre las asistentes a jóvenes bellas, si llevaban minifalda, mejor. Con tiempo les pedía que bailaran con él la tradicional marinera después del quinto toro. Caía el astado y él ya estaba con su pareja listo en el sitio que los amigos le hacían.

Ese era Manolo García, gran señor, de poco hablar, cuando hablaba lo hacía con mucha propiedad, me enseñó mucho. Con el pasar de los años bailé varios años la marinera en la plaza, en el ruedo, antes de la corrida, y después del quinto toro en la boca del tendido y cada vez que lo hacía recordaba a mi querido Tío Manolo.

VIDEO: La marinera en Acho