lunes, 10 de noviembre de 2008

La pena de Simpson y el brillo del Fandi y Manzanares

Por César Terán Vega.
Fotos: Rafael Morán La Rosa.

Caía la tarde dominguera con claridades opalinas sobre el albero de Acho. Con estilo propio y personalidad indiscutible, Manzanares reverdecía en el coso legendario las glorias de su inmenso padre haciéndole una gran faena a ese innombrable quinto marrajo y malo de Montegrande.

Pero crecía en los tendidos la pena sombría de no poder ver la segunda faena del alternante peruano Alfonso Simpson. En su primero había sufrido fractura de la clavícula izquierda y un fuerte varetazo en la pierna derecha. Solo su sangre torera, su coraje, y el gesto alentador de su padrino Fandila, pudieron ponerlo de pie para matar a su enemigo y cortarle una oreja. Bienvenido Alfonso, ya eres matador de toros como lo soñaste un día y te quedan por delante mil y una citas con la gloria.

Cogida de Alfonso Simpson en Lima
HAY GOLPES TAN FUERTES. Simpson por los aires, con los pitones buscándolo. Pudo ser un trágico debut.

Por contraste, este trago amargo que ensombreció abruptamente las ilusiones del ritual de alternativa del torero peruano,  nos vino acompañado de fulgores y exquisiteces de ese buen toreo que tanto se extraña en nuestra romántica Plaza Rosada de América.

Alternativa de Alfonso Simpson
CORAJE Y TEMPLE. Simpson (nazareno y oro), ya está gravemente lesionado pero, se sobrepone y devuelve los trastos de matar a su padrino de alternativa. 


La hipnosis de Fandila

Esos inmensos pares de David Fandila (vestido de azul marino y oro) en sus dos toros nos trajeron gratísimas reminiscencias de aquellas tardes inolvidables de rehileteros divinos como Paco Alcalde, los hermanos Esplá, Víctor Mendes, El Soro. En el tercio de banderillas David ha sabido ensamblar como dos piezas biunívocas su estado atlético insuperable y el dominio perfecto de la suerte, desde el cite, la ejecución hasta el formidable galleo que termina en la hipnosis del astado con el torero haciendo el desplante a cuerpo limpio y en los medios.

Galleo de El Fandi en Lima
ARTE Y PODER. La imagen capta la destreza y valor de El Fandi frente a la fuerza formidable del astado.

Pero hay más en este Fandila encumbrado en los escalafones. Ha ganado en arte, ciencia y madurez. Cuánto ha evolucionado con el capote y la muleta desde sus primeras presentaciones en Acho. ¡Enhorabuena!

Mejor su primera faena con Rumoroso, el mejor toro de la tarde, una castaño y capirote, bonito de tipo y bien armado. Estuvo lucido con el capote con lances a la verónica y chicuelinas. Con la muleta lo recibe en tablas y lo trastea hasta los medios e instrumenta ligadas tandas de derechazos con temple y mando. Suena la música y ejecuta naturales en los terrenos del toro. Remata luego con redondos derechazos, largos y aplaudidos. Deja un estoque un tanto tendido, el toro se amorcilla, pero dobla al fin. Dos orejas y vuelta al ruedo, pero el segundo apéndice merece protestas de un sector del público. Palmas en el arrastre.

El Fandi no tuvo suerte con su segundo toro, un negro listón de Roberto Puga que sale suelto del capote y con la muleta se muestra bronco en la embestida, echando la cara arriba. Vuelve a lucirse con las banderillas. Silencio para el matador y pitos en el arrastre.

Al sexto de la tarde tuvo que lidiarlo en remplazo de Simpson. Lotero, un negro bragado y facado (mancha alargada en la frente), bien armado, resultó ser peligroso, pese a que cargó muy bien al caballo y tomó una sola pica. Se colaba por los dos pitones y David no tiene más que lidiarlo y despacharlo sin pena ni gloria.


La mejor faena es la más difícil

José María Manzanares (rojo y oro) hizo una respetable faena en su primer toro. Instrumentó buenas tandas de derecha y por naturales, al final se acomodó mejor con su enemigo y ligó unos derechazos largos y redondos que suscitaron el entusiasmo del público, demostrando tener una muleta poderosa. Deja una espada un tanto desprendida y mata con descabello al segundo intento. Saludo del tercio. Aplausos en el arrastre.

Lo grande de Manzanares vino en su segundo toro. Sacó a relucir su arte y su sapiencia con un toro sumamente difícil, un negro pobre de cabeza y bizco del izquierdo. El marrajo echa la cara arriba y se cuela. El matador porfía, se faja, y lo va llevando embebido en el engaño hasta arrancar los “oles”, con naturales de gran factura. Mata con una estocada bien señalada y el juez otra vez se muestra demasiado generoso y otorga dos orejas. Vuelta al ruedo para el matador y pitos en el arrastre.

José María Manzanares matando en Acho
HASTA LA GAMUZA. Así mató Manzanares a su segundo enemigo. Epílogo de una faena  aparentemente imposible.


Manzanares hijo ha vuelto a mostrar su arte y su raza torera en Acho y ha demostrado que ha superado los problemas de salud que mermaron su campaña este año.


La crisis del toro

Del encierro de Roberto Puga y Montegrande podemos decir que estuvo mucho mejor presentado que los toros colombianos del domingo 2. El desempeño de los astados de las divisas nacionales fue desigual y se espera que en las dos corridas que faltan en esta feria los ejemplares de La Ahumada (Colombia) y Roberto Puga (Perú), no decepcionen.

La crisis del toro de lidia no es un problema que solamente atañe a las plazas peruanas. Salvar al Rey de la fiesta es un desafío que involucra a todas las latitudes del mundo taurino, sin fronteras. La crisis financiera que impacta a las grandes economías indudablemente hará sentir su onda depresiva en el mercado ganadero, pero también está latente otra amenaza: la falta de responsabilidad y de visión a futuro de los empresarios taurinos. Sin toros no hay fiesta. He allí el gran riesgo de que sobrevenga la decadencia que algunos desean para la fiesta brava.


Buenos augurios

En lo que va de la feria el balance no es del todo negativo y se espera mucho más para el 16 y 23 de noviembre. En la tercera del próximo domingo pudo contratarse un matador que ha hecho mejores méritos en las dos primeras de abono en vez del nacional Fernando Roca Rey. ¿Han primado motivos crematísticos? Es bueno promocionar la torería nacional, pero tampoco se puede descuidar la calidad del espectáculo.

Que el arco iris que ayer engalanó el cielo limeño sobre la cumbre del cerro San Cristóbal nos traiga buenos augurios.



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