La revista Caretas ha publicado una entrevista del periodista Valero de Palma al ganadero y torero Juan Manuel Roca Rey. En ella, el reconocido empresario recuerda los orígenes de su casta taurina, revela algunos detalles de su trayectoria y expresa su ilusión en los retoños de una familia intensamente dedicada a los toros. Aquí algunos fragmentos:
NIÑO TORERO. Juan Manuel con su padre Tuco, quien tuvo la idea de crear la Feria del Señor de los Milagros. |
El abuelo, el padre
–¿De dónde les viene a los Roca Rey la afición a los toros?
–Mi abuelo Bernardo, en la última década del siglo XIX tuvo una ganadería de reses bravas llamada “Chacrasana”. Cuando nació mi padre en 1913 ya no existía esa ganadería. Él era el mayor de ocho hermanos y, junto con mis tíos Ricardo y Bernardo, fueron toreros señoritos. Mi tío Carlos era pintor e hizo muchos carteles de toros y también se han reproducido sus dibujos y pinturas en las entradas de la plaza de Acho. Otro tío mío, Joaquín, escultor, es el que hizo el busto de Manolete que está presente en la plaza del Rímac. Mi tío Juan era el que ayudaba a Fernando Graña y a mi padre cuando fueron empresarios de Acho. La verdad es que toda la familia Roca Rey ha intervenido constantemente, por diferentes motivos, en la fiesta de toros en el Perú.
–¿Cómo nació la Feria del Señor de los Milagros?
–Mi padre iba a España con frecuencia y allí estaba muy relacionado con gentes del toro. Fernando Graña le encargó que contratara a Manolete y fue mi padre el que cerró contrato con él, y tuvimos a Manolete toreando en Acho en el mes de febrero del año 46. Cuando mi padre volvía de España en un trasatlántico de la naviera Aznar hizo escala éste en Argentina y desde allí lo llamó por teléfono a Fernando Graña lanzándole la idea de la Feria de Octubre, ya que mi padre se había dado cuenta que casi todas las ferias taurinas españolas se celebraban el día del Santo Patrón de la ciudad. Fernando se lo contó a Manuel Solari (Zeñó Manué) y éste publicó la idea en El Comercio y allí, entonces, empezó a cuajar la cosa. Pero la idea, incuestionable y originalmente, fue de mi padre...
Alternativa
–¿Y qué tal por España?
–Viví en Madrid. Me fui con muchísima ilusión por aquello de poder ver torear a los mejores. Recuerdo que en ocasiones no iba al colegio y hacía “la vaca” en connivencia con mi padre y nos íbamos a pasar el día entero a la provincia de Toledo, al tentadero de la ganadería de Moreno Yagüe. Estudié tres años en la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid para especializarme en toros de lidia. Pero nunca pude pensar en ser torero porque mi padre, por encima de todo, quería que estudiase...
–¿Terminó la carrera de Veterinaria en el Perú?
–No. Trabajé en muchas cosas hasta que en el año 85 pude irme al campo, que es lo que me gusta, a poner un centro de engorde y una desmotadora de algodón. Pero antes, en el 83, toreé con mi padre en Acho en un festival en el que él se retiraba dándome la alternativa, o la posta, de torero señorito. Yo quería seguir toreando festivales como hizo mi padre pero éstos desaparecieron y no tuve más remedio que vestirme de luces. Debuté como novillero en Caraz el 17 de enero de 1984, ganando el trofeo de esa feria. Toreé muchas corridas mixtas con toreros ya con alternativa, españoles o peruanos, en las cuales yo era el único novillero.
–Pero nunca tomó la alternativa real de doctor en tauromaquia.
–No. Quizá me faltaron huevos para asumir esa responsabilidad. No podía dedicarme al cien por cien ya que yo trabajaba de lunes a viernes.
–Entonces se hizo ganadero.
–Empecé asociado con Jaime Tavera montando la ganadería Aucayama, y más tarde nos separamos y yo monté mi propia ganadería con vacas de Camponuevo y luego de Torrestrella de Roberto Puga. Él me prestó un gran semental ilidiable porque se le había roto un cuerno. De ahí nació la ganadería de Juan Manuel Roca Rey. Le puse mi nombre porque respondo con mi nombre por lo que hago...
La mayor ilusión
–La saga de los Roca Rey sigue en alza a través de sus sobrinos.
–Yo le enseñé a Fernando Roca Rey a torear y le metí el gusanillo del toreo y él le enseñó a su hermano Andrés El Andi. Fernando es el mejor torero peruano de hoy y El Andi la mejor y más pura promesa taurina de todos los tiempos. Todos los Roca Rey llevamos el toreo en las venas. Mi más grande ilusión hoy es que a mi hijo Juan Antonio ya le encanta torear con su padre.
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