Los Ángeles de Acho

Al momento de titular nuestra información sobre el debut de Ángel Teruel García mañana en Acho, se nos vino la idea de un “revuelo de ángeles”, pensando en que el hijo se propone reemprender el vuelo luminoso y artístico que dejó Teruel padre en nuestra romántica Plaza Rosada de América.

REY DE ESPADAS. Legendario matador peruano Ángel Valdez (1838-1911)

En seguida nos dimos cuenta de otra coincidencia patronímica: Mañana también torea en Acho Ángel Perera, un joven diestro que ya ganó el Escapulario de Oro del Señor de los Milagros y que ahora atraviesa por su mejor momento.

Luego recordamos a otros ángeles. Algunos morenos como el legendario matador, Ángel Valdez y Franco, El Maestro, gran protagonista de las tauromaquia de fines del siglo XIX y principios del siglo XX, de cuya gloria dan testimonio tantas crónicas, libros y las dos placas de bronce que perduran en los muros centenarios de Acho, en Sol y en Sombra.

Su fama de estoqueador, certero y seguro, ha dejado imborrable huella en las grandes plazas de España y Portugal.

Nuestro pensamiento también viajó hacia los mejores momentos que tuvo ese gran banderillero de los años 50 y 60: Ángel Solimano, Angelillo, quien alternaba sus tardes gloriosas en Acho con las grandes lides futbolísticas defendiendo la camiseta del club Acevedo del Rímac.

EN ALAS DEL TIEMPO. En primer plano (de gorrita y en silla de ruedas) Angelillo en su entrañable plaza de Acho, durante la temporada del año pasado.

Angelillo participó en un histórico campeonato de la Segunda División de Fútbol que se jugó en la cancha de El Potao, donde ahora funciona el cuartel de la Policía Nacional.

Uno de los rivales de esa competencia fue el popular equipo de Alianza Lima que había sido castigado con la “baja”.

En Acho, Solimano era admirado como Angelillo y en la cancha de El Potao, todos lo aclamaban como Nonem.