LIMA SE RINDE ANTE SU ARTE
• Rincón ratificó su clase
• Morante de la Puebla brilló con luz propia pero no redondeó faenas
• Toros colombianos de Icuasuco dieron juego desigual, pero el primero de Castella fue el mejor en lo que va de la temporada.
• Rincón ratificó su clase
• Morante de la Puebla brilló con luz propia pero no redondeó faenas
• Toros colombianos de Icuasuco dieron juego desigual, pero el primero de Castella fue el mejor en lo que va de la temporada.
Así torea Sebastián Castella, con la planta en la arena, aguantando la embestida.
En tardes encapotadas como la de ayer usualmente los públicos taurinos suelen añorar al astro rey como ingrediente festivo de una corrida, pero el arte exquisito y magistral del francés Sebastián Castella –nazareno y oro–despejó todas las sombras y las dudas y el ensueño colmó otra vez los románticos tendidos de nuestra Plaza de Acho.
El toreo duende de Castella ya conquistó hace tres años al exigente público de Lima cuando se adjudicó el Escapulario de Oro del Señor de los Milagros en la temporada del 2003.
Pero ayer nos pareció verlo más maduro, sapiente y –claro– siempre con la misma fe, tremendo valor, y el honrado empeño de no defraudar al público. Así resultó el triunfador de la tarde cortando una oreja a cada uno de los toros que le tocó en suerte y saliendo en hombros por la puerta grande de Acho.
La llamada Corrida de la Beneficencia tuvo más de media entrada en sol y media en sombra. Habían muy buenos augurios y, al final, podemos decir que tanto Castella como el colombiano César Rincón y Morante de la Puebla correspondieron con arte y voluntad a la expectativa del público.
Morante de la Puebla por naturales.
Rincón tuvo ganas de hacer bien las cosas pero su primero (sobrero o reemplazante por la devolución del manso que le tocó en suerte), resultó reservón, incierto en la embestida. Mata con bajonazo metisaca y descabella al primer intento. Silencio. En su segundo, que también ofrece dificultades, hace una porfiada faena por derechazos que el público premia con aplausos. Finalmente pincha dos veces, deja media y mata con tres descabellos. Silencio.
Morante de la Puebla, el andaluz mostró destellos de su buen toreo con un toro bien presentado, de embestida alegre, pero que al final se aploma. Notables los naturales de Morante y mejor esos trincherazos. Mata con una entera en buen sitio y el toro muere sin puntilla, parte del público reclama oreja pero la autoridad no la concede con acertado criterio. Saludo del tercio.
A su segundo –un negro, bonito de tipo y bien armado– lo recibe en tablas con una tanda de muletazos por alto. El toro se muestra reservón, se queda en la embestida. Deja media y mata con descabello al primer intento. Silencio.
SEBASTIÁN CON EL MEJOR TORO
Castella enfrentó en primer término al mejor toro en lo que va de la temporada: Manzano, un colorado, ojo de perdiz, bonito de pito y astifino, justito de peso. El pupilo de la dehesa colombiana de Icuasuco exhibió gran nobleza y cargó bien al caballo recibiendo una sola pica. Inicia su faena con vistosas verónicas y lances invertidos. Con la muleta cita de los medios, con el toro en tablas, y despliega lo mejor de su arte con unos cambiados a pie firme que hacen delirar a los tendidos. Luego ofrece un verdadero recital con pases con ambas manos. Culmina con tres manoletinas y mata con una estocada un poquito caída. Oreja y vuelta al ruedo. Muy bueno el par de Denis Castillo, el matador le permite saludar del tercio.
A su segundo toro, que ofrece dificultades lo recibe a la verónica. Con la muleta instrumenta excelentes derechazos y luego naturales y manoletinas. Deja una entera en todo lo alto. Oreja y vuelta el ruedo. Cae la noche cuando es cargado a hombros, el público no se mueve de los tendidos y lo sigue ovacionando como si quisiera verlo lidiar otro toro.
Publicado hoy en el diario La República / Fotos: Arturo Pérez.
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